"Aggelos”: Catedral de Santa María (Cuenca) José Mª Rodríguez González.

Reseña de Juan Clemente Gómez

"Aggelos”: Catedral de Santa María (Cuenca)

José Mª Rodríguez González.

Edición: Catedral de Cuenca; Cuenca Abstracta 2016; Instituto de Estudios Conquenses  

Con la publicación de  “Aggelos”     el autor vuelve a sumergirnos en un mundo alado, amable y celestial  mostrándonos la inmensa  pléyade de ángeles que pululan por claustros, capillas y bóvedas de la catedral conquense, solo  alguien enamorado de los ángeles, como José María Rodríguez,  pudo escribir “Arcángeles del Siglo XIII”, nadie como él para haber investigado con  precisa lupa literaria e histórica el mundo angelical de la catedral y plasmar poéticamente su amor infinito  a tan  divinas criaturas.  

“Aggelos”  comienza con una  introducción temática sobre el culto a los ángeles en diversas religiones y culturas, el orden jerárquico de los mismos, su  iconografía  y  representación   en el Renacimiento y en el Barroco, así como su  presencia   en nuestro mundo actual, según testimonios  de diferentes autores y personas.

En los capítulos siguientes  destacan los Arcángeles  citados ya en el libro anterior: esotéricos, majestuosos, con un halo de misterio  y serena alegría a su alrededor:

 –San Uriel: Fuego de Dios, a sus pies el demonio Rahad, representante de la insolencia, el orgullo, la oscuridad y el caos.

–San Zadkiel: Justicia de Dios, el ángel de la benevolencia.

–San Egudiel: la penitencia de Dios, es el arcángel que estuvo junto a Jesús en el huerto de Getsemaní.

–San Miguel: ¿Quién como Dios? Representante de la Justicia y la lucha por el Bien.

–San Rafael: Curación de Dios.

–San Gabriel: El arcángel de la Anunciación.

–San Jophiel: Luz de Dios.

–San Azrael: A quien Dios ayuda.

–San Sealtiel: Plegaria a Dios.

-San Chamuel : El que ve a Dios, se le representa   sonriendo y con una rosa entre las  manos “como referencia al  amor puro y a la belleza que refleja el alma al encontrar el amor de Dios.”

A continuación van apareciendo en orden cronológico la inmensa cantidad de ángeles que aparecen en retablos, cuadros, relieves, orlas, incluso muebles desde el siglo XV al XVIII. Con primor y detalle el autor compagina las fotografías,  de excelente  calidad técnica, con los correspondientes  textos explicativos.   

Muy interesantes son los resúmenes históricos  que  en cada capítulo se centran en la sucesión de obispos al frente de la diócesis, así como  las crónicas y avatares de la construcción de algunas capillas.

 En toda la obra se respira un delicado  afán por desvelar  detalles que a simple vista quedarían inadvertidos, varios  ejemplos:

    a)  Refiriéndose  a las nubes que aparecen en el lienzo de la Visitación  en la Capilla Mayor: ”Es simbólico que aparezcan en  esta representación de María e Isabel, ambas encinta, pues las nubes al traer la lluvia son consideradas como un símbolo de fertilidad.”

    b)  Ángeles portando flores en el camerino de la Virgen:  Cualquier profano hubiera pasado con relativo despiste , José María  se detiene, visualiza y con sus herramientas celestes  pormenoriza   la escena de modo sublime:   

“El ángel de la izquierda porta azucena. En la tradición bíblica la azucena es símbolo de elección, es el símbolo de la virginidad de María. En esta flor se sintetiza la pureza, la inocencia, la majestad y la gloria, por todo ello distingue y adorna a la madre de Cristo, la Virgen del Sagrario….El ángel del fondo del camarín a la izquierda porta dos rosas de color rosa, la rosa es el símbolo del amor, de la dulzura, de la amistad, etc.

    c) En el retablo del Cristo de los Sacristanes : “De entre los cuatro sobresale   el sonriente que da un toque de inocencia al conjunto, también    “los ángeles con las manos juntas intercambian miradas entre ellos ¿Por qué con las manos juntas? Se  sabe que en la Edad media los vasallos prometían fidelidad a sus señores uniendo las manos…etc.

    d) En el  retablo plateresco de la Capilla de los Muñoz :” El remate del retablo  hacia una pequeña figura de un angelito que porta un ave, posiblemente es  un pato lo que tiene en sus manos. El pato se relaciona, por su costumbre monógama, con el amor conyugal, la fecundidad y la fidelidad. En diversas culturas el pato medía el paso del tiempo, su llegada anunciaba el buen tiempo, el de la siembra y sobre todo el de las cosechas….está ocupado por el Padre Eterno, con el brazo derecho extendido“. 

José María   muestra rigor en la documentación bibliográfica de  los textos, fruto de la investigación  histórica y hace también gala de  su vis poética  en varias composiciones dedicadas a los ángeles e  intercaladas  a lo largo de la obra:

¿Existes? No te veo.

¿Estás? No te siento.

Pero sé que mi ser se libera

al pensarte en silencio…… (A mi ángel)

Si en el libro “Arcángeles del siglo XIII eligió como portada del mismo la imagen del Arcángel san Chamuel   como símbolo y leimotiv vital de su mensaje:  Amando a los demás se descubre el sentido de la vida, el sentido de vivir y dar la vida por Amor, en “Aggelos”  sirva de aviso para el lector la dedicatoria: a quien alentó mis abatimientos, consoló mis desánimos y dio vida a mis  pensamientos,  a quien Dios me dio por  compañera, amiga y esposa, gracias a la cual ha escrito esta obra, que no podía llamarse de otra manera: 

María de los Ángeles

Enhorabuena al autor, ambos libros, son en la actualidad,  guía imprescindible para deambular de forma celestial  por la catedral de Cuenca.